Falsa creencia sobre el acoso escolar #2

”Son cosas de niños, ya pasará.»

Cuando a alguien le hacen daño y encima va con intencionalidad, ya no es un juego de niños. Y las secuelas pueden durar toda la vida.

Pero, ¿de donde aprenden los niños a tratarse o hablarse mal?

De 0-7 años son como esponjas. Absorben todo lo que vean, oigan y perciban, sea aprendizaje positivo o negativo. Es su forma de aprender y filtrar lo que funcione y lo que no. Copian mucho de lo que pase en su entorno, sea de familiares, amigos, otros adultos o compañeros de clase.

Si copian los buenos modales y conductas aceptables, genial. Pero si copian conductas o formas negativas, entonces a alguien le toca corregir no solo la conducta de los niños sino incluso posiblemente la suya propia.

Si de alguna manera aprenden que insultar, ser agresivos o faltarle el respeto hacia los demás «está bien,” será necesario guiarles hacia una conducta respetuosa, que entiendan y asimilen como suya. Y que tengan ejemplos a seguir, preferiblemente sus propios familiares o figuras principales más cercanas. Así se pueden ir neutralizando temas como el acoso escolar.

Por eso es importante concienciar a los adultos para transformar cualquier actitud negativa y creencias cerradas que luego puedan transmitir a los más pequeños (aunque no todos las adoptarán). Los niños están aprendiendo con cada situación, gesto, y palabra. Sea en casa, en el colegio o en los parques y vivencias compartidas.

¿Qué hacer?

– Cuidar vuestras palabras y cómo habláis de/a los demás.
– Cuidar vuestras acciones y cómo tratáis a los demás.
– Cuidar lo que vean u oigan en la tele, la radio e internet.
– Cuidar el entorno para resaltar influencias y situaciones positivas.
– Explicar las cosas sin descartarles por ser pequeños.
– Interesaros en vuestro propio desarrollo personal y bienestar emocional.

Todos formamos parte importante de este puzzle colorido llamado el desarrollo humano y los más pequeños cuentan con nosotros para ayudarles.