Sé testigo de todo sin juzgar a nadie.

A nadie le gusta que le juzguen, aunque a veces podemos sentirnos así.
Y es posible que no estemos de acuerdo o comprendamos ciertas acciones de nuestros seres queridos hacia nosotros, especialmente si son desagradables, nos dejan en el frío o en la oscuridad. Pero nunca sabemos realmente qué está sucediendo en la mente o el corazón de alguien, o qué impulsa sus acciones y decisiones. También puede ser que jamás nos lo digan, por cualquier razón que sea.

Lo que sí podemos saber y lo que sí podemos comprender es nuestra propia experiencia. Sé testigo de tus experiencias sin juzgarte a tí mismo/a ni a otras personas, y encuentra tus propias respuestas, con amor y amabilidad.