La honestidad es sagrada; primero con nosotros mismos y luego con nuestra persona. Cuando se trata del amor, idealmente expresamos esa honestidad con amor y amabilidad. Por supuesto, pueden haber ciertas inquietudes, y es muy honesto expresarlas también si no estamos seguros de algo.
Una de las peores cosas es cuando se te cuestiona tu honestidad en cuanto al amor que sientes hacia alguien. Especialmente cuando te muestras cada día con amor, amabilidad, respeto, compromiso y aprecio – con palabras y acciones.
Puede ser realmente duro e injusto.
Es un sentimiento horrible.
Solo quieres amar y disfrutar de tu pareja, no que te interroguen a cada momento, ¿verdad?
En general, a nadie le gusta que le pregunten si está siendo honesto/a con ellos, más si has hecho de su corazón tu hogar y has mostrado amor cada día. Pero no siempre sabemos con qué conflictos internos está lidiando alguien que tal vez ni siquiera sepan ni puedan compartir abiertamente con nosotros. Esto puede crear desafíos en cómo creen nuestra honestidad o compartan la suya con nosotros.
Por otro lado, el hecho de que alguien no tenga respuestas en el momento que le hagan una pregunta no significa necesariamente que haya falta de honestidad por su parte.
Contemplaciones (estas son preguntas para hacerte y haceros):
¿Alguien te está proyectando su propia falta de honestidad?
¿El temor de que otros les hayan mentido en el pasado hace que no creen en tu honestidad con ellos?
¿Hay algo que esté bloqueando su propia honestidad?
¿Qué les impide creerte, que pueda tener más que ver con ellos que contigo?
Si has estado lidiando con la honestidad en tus relaciones, lo mejor que puedes hacer es aclarar lo que quieres y lo que sientes, y luego encontrar el valor para expresarlo con tu persona.
No digo que siempre sea fácil, pero se vuelve más fácil con el tiempo. Desarrollarás tu confianza y claridad, y esas son dos cosas muy importantes en el amor y en la vida.
Además, a nadie le gusta que le dejen en la oscuridad.
