Falsa creencia sobre el acoso escolar #4

«Lo tendría que haber dicho en el momento.»

La verdad a veces tarda en salir, y por muchas razones distintas a cada persona o situación.

Si en España las mujeres tardan unos 8 años de media en denunciar situaciones de violencia, es lógico que los más pequeños tarden su tiempo en contar que sufran acoso escolar. Pero no por ello se deben descartar o excusar situaciones sufridas ni culparles o criticarles por no haber dicho nada en su momento. Estamos hablando de niños que muchas veces aún no saben cómo hablar de sus emociones.

Comentarios así pueden venir de familiares, amistades y/o miembros de centros escolares y por un abanico de razones o intenciones. Puede ser por pensar que podrían haber ayudado antes. Puede ser por intentar descalificar algún hecho para no tener que hacer nada al respecto y esperar a que no pase más. Hay de todo en cuanto a este tema que sigue siendo un «tabú» en ciertos entornos.

Algunos niños sí contarán lo que les haya pasado, pero muchos más se lo callan. No siempre saben cómo decirlo, no lo entienden, intentan gestionarlo por su cuenta o piensan que es algo pasajero. Lo peor es pensar que da igual contarlo, que nadie les vaya a creer o hacer nada para ayudarles, o tener miedo a que sufran más aún. Tristemente, algunos ya piensan que la vida es así… pero no tiene que serlo.

Pueden influir las actitudes y creencias de los adultos de su entorno -casa, colegio, sociedad- que igual descarten, ignoren o intenten achicar comentarios o conductas de otros alumnos hacia ellos, invalidando así lo que sientan y vivan.

Por eso el diálogo en casa, en el colegio y entre ambos entornos -y sin prejuicios- es importante para que sientan que puedan hablar de lo que les esté pasando, sin miedo a más repercusiones negativas y con la esperanza de que se solucione.

El acoso escolar suele empezar de forma sutil (aunque no siempre), hecho a escondidas para que sea difícil de probar, o supuestamente sean acciones no intencionadas (empujones «inocentes» o “bromas»). Así se va alargando en el tiempo hasta que pase algo de mayor repercusión o ya sea tan reiterado que no se pueda ignorar más. Sigue el mismo patrón que cualquier tipo de acoso psicológico (o físico) entre adultos porque lo aprenden en su infancia o adolescencia.

Muchas veces sale a la luz por otros temas que no parezcan estar relacionados, como que se les cambie la actitud o los ánimos, dejen de comer bien o que bajen sus notas. Algo que les haga empezar a hablar de qué esté pasando en el colegio que termine destapando una situación de acoso escolar.

Por eso los niños tardan de media 1 año en contarlo y abrir la puerta para que alguien pueda tomar medidas.

Según Nuria Manzano, a quien el Ministerio de Educación le ha encargado la elaboración de la nueva guía oficial sobre cómo deberían actuar los centros educativos ante el acoso escolar:

«La responsabilidad es compartida. Tiene que detectarse en las aulas y en los pasillos, dentro y fuera del perímetro del centro, y abordarse en los claustros y en las reuniones con las familias. Hace falta más formación y acompañamiento a los centros para poder actuar de forma preventiva. Muchos profesores, sobre todo en secundaria, dicen: ‘Yo es que soy profesor de Física’. Se saben el plan de convivencia, conocen los documentos, pero no se trata solo de actuar cuando ocurre, sino de saber detectar los indicios.»

El Ministerio tiene previsto lanzar un curso online para formar al profesorado contra el acoso escolar. Ahora bien, ¿será obligatorio? Aunque no lo fuese, animaría a todos los centros escolares a que lo hagan; orientadores, jefes de estudio, equipo de apoyo/PT y directores incluidos para evitar «agujeros negros» de información o interpretación. Nunca viene mal aprender algo nuevo o reforzar herramientas existentes entre todos, especialmente cuando tiene tanto impacto en la sociedad de ahora y de nuestro futuro compartido.

Ya no se puede centrar uno simplemente en lo académico. Estamos hablando de pequeños seres humanos en crecimiento que pasan muchas horas en sus centros escolares. La mitad de sus vidas, vamos.

Es importante concienciarse ahora y reparar lo que haya estado pasando. Son niños y cuentan con nosotros para ayudarles a lidiar con este mundo, no ser víctimas de conductas inapropiadas que con algo de esfuerzo y re-educación colectiva se pueden cambiar y mejorar.

Los niños merecen mejor. Y mejor ahora que cuando ya sean adultos potencialmente con problemas mayores.

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Foto del osito via @congerdesign/Pixabay.